Pocas películas, casi las puedo contar en una sola mano, me han sacado una lagrima, La escafandra y la mariposa de Julian Schnabel, (Le Scaphandre et le Papillon), una película, que mi madre podría disfrutar perfectamente, con una gran carga de autosuperación, (bah).
Con un exceso en el uso de la cámara subjetiva, hace que el encuadre y por consiguiente la fotografía, tenga un cuidado especial, con planos aberrados, y modificando por completo la línea horizonte, me llama particularmente la atención, logra de alguna transmitir algo de la situación de locked-in que sufre el protagonista, un tipo “bien” periodista y exitoso, se queda bloqueado sin mas ni mas, apto para una silla de ruedas, con un solo ojo y la posibilidad de parpadear para gritar si o no.
Entonces, surge una historia un tanto optimista en la incomoda carrera de escribir un libro parpadeando, mientras una bella francesa repite incesantemente el alfabeto, encontrando letra por letra, en las que el locked-in redacta como si escribiera fluidamente en su PC, la verdad es supremamente utópica e inverosímil esta forma de escritura, pero dentro de la película, las constantes elipsis cada que la traductora, (si se puede llamar así) encuentra las letras para armar las palabras y las frases que Jean-Do redacta y memoriza, en medio de la cámara subjetiva son interesantes, y realmente bien logradas.
Además un buen uso del DoF, hace que no sea monótona, y que los planos hablen de alguna manera por el protagonista; aunque puedo decir que la fotografía y los movimientos de la cámara son buenos, hay una serie de imágenes de apoyo, con las que no estoy de acuerdo, imágenes bellísimas de un iceberg cayendo al mar, o de una mariposa saliendo de la crisálida, o un buzo en medio del mar con su escafandra, las siento como relleno, y realmente no le quitan ni le ponen a la imagen general de la película, es obvio que si estás en esa posición de locked-in, te sentís como un iceberg desquebrajándose, pero la metáfora es demasiado obvia, y no se enlaza con nada, en el hilo conductor del film.
Una película con referente directo a Mar Adentro de Alejandro Amenábar, donde, el objetivo feliz es escribir un libro, en ambos casos, para morir por suicidio o causa natural, deja un sabor algo repetitivo, aunque rescato el uso de la cámara subjetiva y la composición, en La Escafandra y la Mariposa.
Una escena, me toco y recordó, la relación con mi padre; el protagonista (Jean Do), recuerda sus momentos de completa motricidad y estando su padre enfermo, lo afeita, con tal cuidado y empeño, en medio de una conversación trivial, casi de amigos. Me llevo momentos vividos junto a mi padre que ya no esta, y esos momentos, en medio de su enfermedad, que hablábamos y lo afeitaba como amigos, hablando de todo un poco.
En conclusión, aunque sea una película, con un tinte muy optimista y utópico, tiene elementos, muy bien cuidados, y con una apuesta interesante, con algo que a nivel personal me llamo la atención y logro moverme por dentro.
Imagen: Frédéric della Faille